EL CENTRO CINEMATOGRÁFICO ESTADOUNIDENSE
“En los primeros años del cine se hacían películas en todo los Estados Unidos, pero tres factores condujeron al desarrollo de Hollywood como centro del cine. El primero era el tiempo: la Cámara de Comercio de Los Ángeles garantizaba sol 350 días al año. El segundo era la gran variedad de escenarios naturales. El tercero era la Motion Picture Patents Company – fundada en 1909 por los dueños de patentes de equipos – que trató de restringir la filmación estadounidense a sus nueve empresas asociadas. Fijaba la duración de las películas en una bobina (8-12 minutos) e insistía en el anonimato de los actores. Las empresas independientes huyeron a la costa oeste para escapar de sus detectives; los secuaces de la Patents Company las siguieron, pero en 1913 se había roto su poder.
Los estudios y el estrellato.
El crecimiento de los grandes estudios, con equipamientos costosos y brigadas fijas de técnicos, tramoyistas y pintores, significaba que las películas estaban sometidas a calendarios estrictos de rodajes. Los talentos se contrataban por un período o cierta cantidad de películas cada vez, y guionistas, directores y actores se encontraban con que sus vidas profesionales escapaban a su control.
En 1910 se rompió la prohibición de nombrar a los actores. Así se satisfizo tanto al público como a aquéllos, ansiosos de reconocimiento. Además, en cuanto se establecía su popularidad individual ante el público, los actores podían exigir más dinero. Ya no eran celebridades locales, como había sido la mayoría de los actores de teatro, sino que podían ser conocidos en todo el mundo. Pronto, los sueldos de la estrella se convirtieron en una parte importante del presupuesto de una película. No obstante los actores que firmaban un contrato con un estudio tenían que hacer lo que se les ordenaba. Promocionados cuidadosamente por el estudio, eran los bienes más importantes de la empresa. Se filtraban detalles de sus vidas privadas reales o imaginarias a los periodistas de chismorreos y, si los atrapaban haciendo algo que pudiera estropear su renombre, podían ver sus contratos cancelados. Sólo un puñado, como Mary Picckford (1893 – 1979), Douglas Fairbanks (1883 – 1939) y Charlie Chaplin (1889 – 1977), que formaron su propia empresa, United Artists, pudieron conservar su independencia. Las estrellas del viejo estilo no eran necesariamente muy hermosas ni grandes actores; a menudo eran meras creaciones de la máquina publicitaria del estudio. Las estrellas actuales suelen ser mejores actores y más capaces de mantener el control sobre su carrera.”
Enciclopedia Temática Guiness,Bogotá,Ed. Folio/Círculo de Lectores,1955, pág.560 (Adaptado)
En la oración “Las estrellas actuales suelen ser mejores actores…”, la palabra subrayada conlleva la idea de
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